19 noviembre, 2007

Como decíamos ayer

Ha pasado más de un año desde que publiqué en este blog. En este tiempo han sucedido muchas cosas. Tantas, que de haber escrito sobre todas ellas este blog estaría a reventar. Sin embargo, he dejado correr el tiempo y ahora me encuentro de nuevo ante la pantalla del ordenador para dejar mis impresiones e ideas. Aquí estamos, un año más viejo y con más experiencia, pero, ¿más sabiduría?, espero que sí. Hemos sobrevivido.

15 julio, 2006

De vacaciones (Robado de mi otro blog)

Tienes más vacaciones que un maestro. Es un dicho popular, no falto de verdad, pero, por regla general, lanzado injustamente a unos profesionales que, en su mayor parte, ocupan el tiempo libre en asistir a cursos, congresos o jornadas que mejoraran su práctica docente.
En este momento, llevo 14 días de vacaciones, pero estoy haciendo tres cursos on-line de formación de profesorado, dos de ellos de pago, por un monto de 180 euros y otro becado por el MEC por otros 180 euros. Son unas cuantas cervezas y tapas ¿no?. Pero en los tiempos que corren hoy en día hace falta mejor preparación, especialmente en las nuevas tecnologías y en la convivencia. Ambos aspectos estoy tratando en mi formación.
.../...

Ahora en un curso on-line de la USAL (Universidad de Salamanca) me están formando para sacarle provecho a esta herramienta. Anteriormente, en el XI Congreso Internacional de Tecnología Educativa de la UNED, este año dedicado a la pizarra digital, me he formado en el uso de ese recurso y también en el uso de internet como herramienta didáctica en un curso de @PROFORM. Todo ello para que al empezar el nuevo curso en septiembre, tenga mejor preparación para impartir las clases en el centro TIC en el que trabajo. Y todo pagado de mi bolsillo. Es más, en estos días de julio he visitado mi centro junto con otros profesores y la orientadora para preparar para el curso que entra un Grupo de Innovación Educativa sobre Nuevas Tecnologías educativas y Convivencia. Grupo que es continuación de uno que en el curso pasado echamos a andar con gran satisfacción y del que ha emanado un plan de acogida para el alumnado del nuevo curso, original e integrador.

Lo mismo que no se puede juzgar a otros profesionales por las horas que trabajan en un puesto determinado, sin tener en cuenta que para desarrollar correctamente su trabajo han de prepararse, estudiar, asistir a Congresos, Cursos de Formación, etc. y que esto es parte de su trabajo, no sólo las horas que está en un quirófano, en un despacho, o en un aula. No somos funcionarios que han de cumplir sus 37,5 horas semanales detrás de una mesa, ni empleados de banca, ni albañiiles, que cuando terminan sus 7 u 8 horas se van sin más a su casa.
Tras mi jornada laboral, y en mis vacaciones, dedico muchas horas a preparar clases, dinámicas de grupo, lecturas, ejercicios, muchos de ellos informatizados, formación profesional, etc.

Así que nadie me diga nada de mis vacaciones, que si me preguntan diría que ojalá tuviera más, para poder hacer más investigaciones y más formación para desarrollar mejor mi labor en el aula, algo que cada día se está volviendo más complejo y que ya no vale ir a soltar el rollo como nos hacían hace 30 años. Hoy en día hay que afinar mucho y desarrollar muchas habilidades sociales y pedagógicas. El que no lo haga estará perdido y sirva como anécdota lo siguiente:

Cierta profesora novata, tan novata como que era la primera vez que daba clase en una sustitución hacia el mes de mayo pasado, comentó al llegar, que hacía dos años que estaba preparando las oposiciones de profesor de secundaria y que ahora que se iban a celebrar las oposiciones en junio-julio, le venía muy mal ponerse a trabajar, pero que tampoco quería perder su puesto en la bolsa de trabajo.

Llegarón las oposiciones y tenía que ir lejos de donde estaba el instituto, por lo que ya no la esperabamos, en varios días, cuando no fue nuestra sorpresa verla a los dos días del exámen, de nuevo entre nosostros. ¿Qué pasó?, le pregunté. ¿Tuvistes mala suerte y no te sabías el tema o las prácticas? Y me contesto muy ufana: "¡Qué va!, me tocó un tema que sabía muy bien, pero... cuando llevaba una media hora escribiendo, me vino a la mente todos estos días que he estado dando clase, y me dije ¿Qué hago yo aquí? ¡Si en estos días que he estado dando clase lo he pasado muy mal! Y me levanté y me fuí del examen -me dijo- . Me voy a buscar otro trabajo, por que no soporto dar clase con el ambiente que hay hoy en día en el instituto." (Y digo yo, y eso que fue tutora del mejor curso del instituto y no tuvo a los cursos más conflictivos.

También recuerdo a otro sustituto, pero hace de esto, unos tres o cuatro años, que llegó a finales de noviembre, y a los tres días renunció a la plaza, aterrorizado, de tenerse que enfrentar a los alumnos todos los días. No esperó al superpuente de la Constitución-Inmaculada, que era 6-7-8 de diciembre más sábado y domingo. Salío huyendo aduciendo que tenía síndrome de Séneca. No le vimos el pelo nunca más y creo que va por los montes vestido de ermitaño, renegando de la labor de profesor.

Pues señores, los demás seguimos al pie del cañon, y esforzándonos en mejorar. Y nos ganamos las vacaciones, pero que muy merecidamente, si no, no iba a haber sitio en los manicomios para albergar a tanto desquiciado después de un curso de 11 meses.

07 abril, 2006

Ayer extrenamos ley y hoy ministra

Creo que debe ser un caso poco corriente, si no excepcional, que tras la aprobación de una máxima ley como la LOE, la ministra de educación que la impulsó sea cesada y sustituida al día siguiente de esta aprobación. por una nueva ministra, doña Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, que sustituye a doña María Jesús Sansegundo.

No se si el presidente de gobierno español ha sopesado la lectura entre líneas que se puede hacer de este hecho, pero no se puede evitar pensar que si se ha cesado a la ministra es por que no ha convencido, por tanto, esta Ley nace más coja todavía de lo que comentaba ayer, porque su máxima ponente ha sido desautorizada con su cese, tan sólo al día siguiente de su aprobación.

Señor Rodríguez Zapatero ¿Qué ha hecho mal esta ministra? Los profesores y profesoras demandamos una explicación clara, sino tendremos derecho a pensar que no le ha gustado a usted tampoco esta nueva Ley.

06 abril, 2006

Hoy se aprueba la LOE

Hoy se aprobado en el congreso la LOE, no con un apoyo total, pero sí, mayoritario.

¿Ha nacido una ley para una generación? me temo que no. Que al igual que la ley de calidad que en su día nació coja, sin el apoyo de uno de los dos partidos mayoritarios, esta ley puede verse afectada por un cambio de signo político, y que es posible que en su día también haya un cierto ánimo de revancha.

Pero ¿y el profesorado, mientras tanto?. Yo nos veo como un "pim pam pum" de la feria. Nos dan por arriba, por el lado y por debajo. Políticos, Administración, periodistas, padres, nos echan las culpas del fracaso escolar y nadie se cuestiona si las leyes son las adecuadas o las responsables de ese fracaso escolar.

La LOCE ha pasado sin arte ni parte. No es que yo pensara que fuera la panacea, aunque es cierto que no ha dado tiempo a ver sus resultados, ya que, prácticamente, ha sido bloqueada al poquísimo de su aprobación. Ahora la nueva ley nos cae encima sin comerlo ni beberlo, pero al igual que las anteriores parece que está lejos de la realidad de las aulas. La cumpliremos como hemos cumplido las demás, pero eso no quiere decir que acierte en dar respuesta a los problemas de los centros. Hay mucho desencanto a este respecto. No saber a que atenerse y temer que la figura del profesor y profesora se vea mermado aún más. No se si la nueva ley lo contempla pero es necesario más dinero y autonomía para los centros, más profesorado de apoyo y curriculos adaptables y sobre todo que el alumnado venga de primaria con un mejor seguimiento de su perfil psicológico y con estudios hechos de sus necesidades educativas. No esperar a que tengan 14 años, ni tan siquiera 12, para empezar a precuparse de sus problemas, pues creo yo que es tarde para ello.

Esperemos a ver cuales son las novedades que en la práctica trae la nueva Ley y espero que no sea aumentar la burocracia y el papeleo y que deje tomar a los centros la iniciativa en buscar soluciones a su alumnado que quien mejor que ellos conocen sus problemas.

30 marzo, 2006

Juegos en Secundaria

Hace un año no conocía a Paco Cascón. Y mi vida era diferente.

Hoy conozco, junto otros compañeros y compañeras a Paco Cascón y ninguno de nosotros ve al centro o al alumnado igual.

Hemos hecho unas jornadas de formación con él y hemos aprendido que el juego es fundamental para combatir el conflicto. No cualquier juego, ni tampoco de cualquier manera y el cualquier momento, sino en forma, tiempos y lugares precisos.

Por ello un grupo de profesores y profesoras del centro estamos diseñando un plan de acogida de alumnado para el próximo curso 2006-2007 fundamentado en sus ideas y trabajos. ¿Cuál es la finalidad? Provenir (sic) el conflito. Es decir poner las bases de actuación y estrategia para que el conflicto no se desarrolle, No es prevenirlo (sic) para evitarlo, si no evitar que surja, Cómo? Por medio de una serie de actividades de juego que se basan en una escalera de valores a tratar.

Partiremos de la base que el conflicto es consustancial a la existencia humana y que conflicto no significa violencia, ya que ésta es la crisis final del conflicto. Siempre existirá el conflicto pero debemos evitar que explote. Explicación adecuada del conflicto. Conocimiento de los cambios estructurales para eliminar sus causas. Crear un clima adecuado. Etc. (Para saber más sobre provención leer

http://www.pangea.org/pacoc/documentos/
educarenyparaelconflicto.pdf

El primer escalón es la formación del grupo. (Ver http://www.pangea.org/pacoc/documentos
/_provencion.pdf
Para ello podemos hacer actividades de presentación, conocimiento, confianza y aprecio. Esto se puede hacer en los primeros días del curso y no sólo para el alumnado sino también para el profesorado. Y no sólo por que éste ha de participar en proceso, si no por que también necesita hacer grupo, presentarse, conocerse, tomar confianza y llegar al aprecio.

Este es sólo el primer escalón de esta escalera, que Cascón imagina parecida a una de caracol.

Si no pasamos por este proceso, no podremos profundizar en otros escalones como los de COMUNICACIÓN EFECTIVA/CONSENSO, COOPERACIÓN/COLABORACIÖN, RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS.

Para llevar a la práctica todo ésto, estamos llevando a cabo algunas de estas dinámicas al profesorado. Para ello, de vez en cuando organizamos en el recreo un desayuno en la sala de profesorado y nos divertimos con estos juegos. La experiencia es positiva y ello nos anima a llevarlos a la clase, no con fines de diversión, si no con los fines antes expuestos.

Ahora, en abril, tendremos unas jornadas educativas y vamos a crear un taller de juegos en los que vamos a practicar las finalidades del primer escalón, FORMAR GRUPO, con el alumnado y con el profesorado mezclado.

Ya contaré como salió la experiencia, pero tras la reunión que tuvo ayer el grupo de trabajo, estamos muy ilusionados y esperanzados.

Para saber más sobre Paco Cascón visitar: http://www.pangea.org/pacoc/

29 marzo, 2006

Disciplina en el aula y tiempos modernos.

Muchos de los que estamos dando aún clase recordamos a muchos de nuestros maestros y profesores como verdaderos ogros rabiosos y que a la menor de cambio te arreaban una leche, un capón, un tirón de orejas o de patillas. Otras veces, más comedidamente y de forma ejemplarizante, te llamaban a la mesa y te hacían extender la palma de la mano y te arreaban con una regla o palmeta, que en el peor de los casos era un cuadradillo de un centímetro cuadrado que picaba horrores y ! Ay de tí si quitabas la mano! Porque en ese caso el castigo era doble o peor aún, te hacían cerrar la mano con los dedos hacia arriba y te golpeaban sobre las yemas. No es menos cierto, que los castigos en el rincón de rodillas también eran frecuentes, así como quedarte hasta las 8 de la tarde en el colegio o ir también los sábados por la mañana.

¿A quién le gustaba ir al colegio en esas condiciones? Yo, pasaba auténtico terror antes, durante y después de las clases de don Lorenzo, Don Ciriaco o el señor Páez. Y no es que me pegasen; casi nunca recibí un golpe, ni fuí mandado al rincón de rodillas ni tampoco tuve los brazos en cruz con libros haciendo peso. Sino que el miedo escénico estaba argumentado por lo que veía que le pasaba a los demás. Sí es cierto que, alguna tarde que otra, estuve castigado y que fueron muchas las hojas que escribí con repeticiones de cien veces y hasta quinientas veces de frases relacionadas con hablar en clase o estudiar, aunque en estos casos solía ser castigos generales.

Recuerdo que si el maestro salía de clase, dejaba al enteradillo de turno a apuntar en la pizarra los nombres de los que hablaran o hicieran algo mal. Entonces estabas perdido, venía el castigo a continuación, y no temíamos al desaforado apuntador de nombres que sólo conseguía ser el hazmerreir de la clase, sino al aprendiz de brujo que apuntaba fríamente tu nombre, sin gritos ni aspavientos, pero que fulminaba igual que el maestro con su mirada.

Recuerdo las horas interminables, silenciosas, y las tardes primaverales en las que se oían los vencejos y el zumbar de las moscas. ¡Ellos si podían molestar!

Eran tiempos de dictadura, no sólo fuera del aula, en la calle, sino también dentro.

Recuerdo aquellos días y pienso que en esos tiempos no había niños hiperactivos, ni con síndromes varios y enfermedades nerviosas, sólo había niños con miedo, por que recuerdo que al tartamudo, al zurdo, al hiperactivo lo curaban sólo con jarabe de palo, y pudiera ser que curara, por que nadie era tan fuerte, salvo alguna excepción, que ahora entiendo ¡cómo sufrirían!, para recibir, mañana y tarde, una somanta de reglazos, sopapos, gritos ridiculizantes y otros bichos.

Ya pasada la dictadura, preparándome las oposiciones, vivía detrás de un colegio privado. Se oían, no ya los vencejos y las moscas, sino los gritos y correcciones que imponían algunos maestros y que trascendía los cristales de mi ventana. Esta vez me aterrorizaba la profesión de maestro. Por ello nunca quise serlo. Tenía yo la imagen esa muy grabada de niño y hasta que no llegué al instituto con quince años y me tocaron unos profesores muy "educados" que nunca me avasallarón, no perdí el miedo al "colegio". Por ello decidí ser profesor de Bachillerato. La enseñanza superior parecía estar más lejos del grito y de la palmeta.

Ahora, en estos dias, asentada la democracia, con unos niños y niñas más conscientes de su individualidad y sus derechos, invadidos por la tecnología de vanguardia, devoradores de mass-multimedia y efectos especiales, algo ha cambiado en la enseñanza secundaria. Ahora es obligatoria, y hay muchos chicos y chicas estudiantes que no disfrutan tampoco, como muchos de nuestro tiempo, de los estudios, y posiblemente estén en su derecho. ¿Cómo hacemos frente a esta nueva situación?. ¿Cuál es el modelo que mamamos en nuestra infancia? Hoy, nos es abobinable, mas, ¿se puede aguantar la desfachatez, caradura, aburrimiento, o lo que sea de este alumnado?.

Desde luego hay dos razones para aguantarlo, una es que nos pagan por ello, la otra es que lo manda la ley. ... o veceversa. Hay que soportalo, para eso soy profesor, pero hay otra ley natural primigenia y es que debo sobrevivir.

Como profesor, quiero enseñar. Para ello necesito cierta armonía y tranquilidad dentro del aula. Cómo no la consigo, he de tener estrategias: en una lucha frente a frente con este alumnado seguro que pierdo por desgaste. Son más, más fuertes y más jóvenes y seguro que piensan también que son mejores, lo único que puedo conseguir es que me irrite, me suba la tensión y hasta suelte una procacidad. Mi corazón, se deja sentir, a veces con una intensa punzada.

Lo habitual es salir de la clase mosqueado y desahogarse en la sala de profesorado, contando lo que todo el mundo sabe y asienten con la cabeza, o nos cuentan su historia, que es un calco de la nuestra. Se refuerza así el conflicto, lo vivo de nuevo. Me voy a casa y se lo cuento a mi esposa, de nuevo me aguanta la monserga diaria con cara de circunstancias, y de nuevo vivo el conflicto. Por la noche me acuesto y revivo el conflicto que ha pasado hoy y que seguro pasará mañana. Ahora toca ración doble, y una por adelantado. ¿Con qué ganas voy a trabajar cuando me levanto?

Pero hay una manera de liberarse de todo ello y es llegar a un acuerdo
expreso o tácito con este alumnado y es, que vaya a su bola, mientras tú puedes trabajar con el resto del alumnado. ¿Es un fracaso? Puede que sí, pero no conozco a nadie que haya hecho trabajar en secundaria a los alumnos o alumnas objetores. ¿Qué se gana a cambio?. No entrar en la sala de profesorado quejándome de un curso o de unos alumnos, jamás. Cuando entro en el aula, sé lo que me encuentro y como me responden. Los reconduzco dentro de unos límites y mientras no se sobrepasen, todos felices.

No tengo problemas para dormir, no se me encoge el corazón, no me irrito, no me sube la tensión, no paso por las crisis que pasan otros compañeros. Yo quiero jubilarme a mi tiempo, e incluso desde que practico esta filosofía, no me importaría llegar dando clases hasta los 70.

Cuando uno lee estadísticas sobre la salud psicológica de la infancia española, ve que hay un porcentaje elevado que sufre algun tipo de trastorno. (Ver extracto del artículo de Patricia Matey al final del log).

Pues eso, cuando se ve que un porcentaje creciente de adolescentes presentan estos problemas de conducta y lo único que se le ocurre a los pedagogos de pacotilla que manejan los hilos de la enseñanza estatal es que el profesor haga una adaptación curricular, como si eso fuese la panacea, me pongo de los nervios. ¿Cómo atender dentro del aula a personas con estos problemas, que no son académicos, con los medios actuales?.

Yo no puedo. Lo reconozco.

A este alumnado, lo veo como víctimó de un tiempo en el que se sabe mucho y se hace poco. Visto lo cual, al menos salva a mis profesores ogros su desconocimiento de los fundamentos psicologicos actuales. Seguro que creían a pies juntillas que era un problema sólo de disciplina férrea, pues la letra con sangre entra.

Hoy sabemos más, pero estamos echando a los leones a multitud de chicos y chicas, con problemas y no de tipo académico, que éstos también existen, sino de trastornos de conducta y sindromes varios (Conocéis el sindrome de Gilles de la Tourette, yo sí, y en una hija)y ¡ nos olvidamos de los superdotados!.

Multitud de niños y niñas salen de la Primaria sin diagnóstico alguno y llegan al instituto sólo con la etiqueta de "difícil" o "problemático", cuando no "atrasado académicamente". ¿Que quiere decir difícil? ¿problemático? Por qué no preguntarse mejor ¿Que deficiencia psicológica presenta este alumno o alumna? ¿Qué puede hacer el centro por él? ¿Con que profesionales?

Desde luego a estas víctimas no es para tratarlas a gritos, castigos o insultos. Yo no tengo la solución, lo reconozco, pero me niego a maltratarlos psicológicamente más de lo que les maltrata la vida. En todo caso, debo asumir que ellos intenten maltratarme a mi, pero yo no debo entrar en su juego. No puedo darme por aludido en mi persona. Debo estar por encima del conflicto y no asumirlo como ataques personales. El profesorado debe aprender del personal sanitario que trata con enfermos "difíciles". Los buenos sanitarios, los tratan con una sonrisa y no se dan por aludidos ante los insultos que les lanza un desequilibrado por el dolor o la enfermedad. Aunque algunos tampoco lo consiguen.

Y para finalizar, insistir que todas y todos los que estamos dentro del aula tenenmos que sobrevivir, ser felices y no destruirnos. ¡Va va por Ustedes!.

(Sacado de
PSIQUIATRÍA
Muchos niños para el diván

PATRICIA MATEY
http://www.el-mundo.es/salud/2001/420/980928816.html

"Las cifras no son nada despreciables. Se estima que entre un 15% y un 24% de los niños y adolescentes españoles padece alguna vez en su vida una patología neuropsiquiátrica. (...) De entre todas las patologías psíquicas, las más comunes en España son los trastornos de conducta y los de ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo y la anorexia. Javier Royo, psiquiatra infantil del Hospital de Día Infanto-Juvenil del Servicio Navarro de Salud y segundo autor del trabajo de investigación sobre incidencia de trastornos mentales en dicha comunidad —cuyos resultados estarán disponibles el próximo año—, afirma que «casi el 50% de los motivos de consulta de los padres se debe a un problema de conducta».

Trastornos de comportamiento . Aproximadamente entre un 6% y un 16% de los chicos y entre un 2% y un 9% de las chicas menores de 18 años sufre este problema, que se caracteriza por «la trasgresión de las normas aceptadas por un determinado grupo social», tal y como refleja el libro Psiquiatría del Niño y del Adolescente de la doctora Mardomingo. Estos menores tienen, por tanto, mucha dificultad para seguir las reglas y comportarse de forma socialmente aceptable.

«El trastorno negativista desafiante, la variante menos grave de los trastornos de conducta, es el más diagnosticado», afirma el doctor Royo. Este problema es típico en los niños de edad inferior a 10 años y se caracteriza por una conducta desafiante, provocadora y desobediente.

Los síntomas por los que los trastornos de conducta pueden delatarse son las rabietas y las reacciones catastróficas, que afectan al 10% de los niños de menos de cinco años. Otros signos son las amenazas, el inicio de peleas, ser cruel con los animales u otras personas o destruir deliberadamente cosas, entre otros.

Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad . Es el segundo trastorno del comportamiento más frecuente: entre un 3% y un 5% de los niños en edad escolar lo sufren. Aunque se desarrolla antes de los siete años, suele diagnosticarse entre los ocho y los 10.

La dificultad para concentrarse, parece que no escuchan, no poder esperar un turno en un grupo, ser excesivamente inquieto, distraerse habitualmente y hablar constantemente son algunos de los rasgos que lo caracterizan. «Todos los trastornos de conducta son fáciles de diagnosticar, ya que el mal comportamiento es sencillo de objetivar por padres y profesores», insiste Royo.

Trastornos de ansiedad . La mayoría de los niños tiene miedo a la oscuridad, a los fantasmas, a los monstruos, a ciertos animales o a determinadas situaciones, pero cuando estos temores persisten en el tiempo y se vuelven incapacitantes se convierten en patológicos. Los síntomas que los caracterizan son, entre otros, dolores musculares, temblores, trastornos del sueño, exageración de las respuestas de alerta o alarma, irritabilidad, taquicardia, sudoración o náuseas.

Ansiedad por separación . Es uno de los más comunes. Como su propio nombre indica, se caracteriza por el miedo, hasta el punto de convertirse en pánico, a separarse de los padres o de las personas más queridas. Puede presentarse de forma repentina, sin que se haya percibido ningún signo previo, y suele manifestarse, además, mediante apatía, tristeza, dificultades para concentrarse o una interacción social deficitaria.

Otro tipo de trastorno es de ansiedad por evitación (el menor no quiere relacionarse con otras personas), en los que el niño padece también, y por un periodo de al menos seis meses, otros síntomas como inseguridad o timidez.

Fobias . La escolar es la más frecuente en la infancia, afecta al 4% de los niños. Son menores a los que el hecho de ir al colegio les provoca una gran angustia, que puede acompañarse de náuseas, diarrea, vómitos, anorexia o cefaleas. Muchos especialistas creen que la ansiedad por separación y la fobia escolar son el mismo trastorno, pero ni todos los niños con este tipo de angustia se niegan a ir al colegio, ni los que padecen fobia escolar sufren ansiedad por la separación de la madre.

Trastorno obsesivo compulsivo . Incluidos también en los trastornos de ansiedad, se caracterizan por obsesiones y pensamientos recurrentes y persistentes y por compulsiones (actos repetitivos). Uno de cada 100 niños y adolescentes lo sufre y su patología le empuja a mantener ciertos comportamientos repetitivos como, por ejemplo, lavarse continuamente las manos o poner las cosas en un orden determinado. De hecho, entre los más pequeños, el aseo repetido suele ser común debido al miedo obsesivo a enfermar por algún germen.

Depresión . Se trata de una de las patologías que más ha aumentado su incidencia en edades precoces. Más de un niño de entre seis y 12 años de cada 10 sufre síntomas persistentes de tristeza. Es más, sólo en EEUU, entre tres y seis millones de niños son víctimas de este trastorno. El fracaso repentino en el colegio, la pérdida de interés por las actividades que antes le motivaban, la irritabilidad y los lloros inexplicables, los cambios en los patrones del sueño y de la alimentación, así como la queja constante por dolores de cabeza o estómago sin causa aparente son los signos que pueden delatar su existencia.

Los trastornos depresivos son, junto con la anorexia, dos de las patologías que han empezado a verse en la consulta a edades tempranas. «Los problemas de la alimentación se están iniciando a edades alarmantes. Antes afectaban a niñas de 13 o 14 años y ahora estamos viendo casos en los que la menor no ha cumplido los 11 años. Una de las razones puede ser el hecho de que, en las sociedad actual, la edad de la adolescencia se ha adelantado», apunta Manuel Martín.

Otras enfermedades que afectan a la población infantil, pero en menor medida, son: el autismo, el síndrome de Gilles de la Tourette, el trastorno de estrés postraumático o los trastornos de identidad sexual. El diagnóstico precoz y el tratamiento de todas ellas puede evitar el sufrimiento de los menores y sus familias, buena parte del 30% del fracaso escolar ligado a los problemas mentales, pero, sobre todo, que todos tengan la oportunidad de liberarse en la madurez de la patología mental que esclavizó su infancia."

19 marzo, 2006

Interesante lectura

Recomiendo esta lectura completa publicada en la Revista Iberoamericana de Educación

El fracaso de una educación, rural y urbana, que ofrece "el circo antes del pan"

Polan Lacki (*)

En los países latinoamericanos, un creciente porcentaje de jóvenes, del medio rural y urbano, ya está consiguiendo concluir la enseñanza fundamental y hasta la media o secundaria. Desafortunadamente, este éxito es más aparente que real, pues en términos concretos está produciendo resultados decepcionantes. Los jóvenes, ahora más escolarizados y con un horizonte de aspiraciones y ambiciones ampliado, se sienten frustrados, por no decir engañados. Después de haber estudiado en esos largos 11 años, durante los cuales alimentaron la ilusión de que este esfuerzo les ofrecería un futuro de oportunidades y de prosperidad, descubren que no están aptos ni para obtener siquiera un modestísimo empleo; pues egresan del sistema escolar sin poseer las "cualidades" que los empleadores esperan y necesitan encontrar en un buen empleado. Esto ocurre porque el sistema de educación, rural y urbano, no les proporciona los conocimientos útiles, las aptitudes necesarias y ni siquiera las actitudes y los valores que necesitan para ser buenos empleados; tampoco los prepara para que sean buenos ciudadanos y padres de familia que sepan educar, orientar, alimentar y cuidar de la salud de sus hijos, etc. Hablemos sin eufemismos, a excepción de lo que les fue enseñado en los tres primeros años (leer, escribir, efectuar las 4 operaciones aritméticas, aplicar la regla de tres y conocer el sistema métrico), prácticamente todos los demás conocimientos son irrelevantes para que ellos puedan tener un mejor desempeño en el trabajo y en la vida personal, familiar y comunitaria. En esos ocho años posteriores, los pocos contenidos que podrían ser útiles suelen ser enseñados de manera excesivamente teórica, abstracta, fragmentada, y desvinculada de la vida y del trabajo, con lo que se transforman en virtualmente inútiles. Entonces, se impone la siguiente pregunta: ¿para qué estudiaron esos ocho años adicionales?

Seamos objetivos y realistas: ¿cuál es la utilidad o aplicabilidad en la vida cotidiana que tiene la enseñanza teórica de los logaritmos, los determinantes, la geometría analítica, la raíz cuadrada y cúbica, o la enseñanza "memorística" sobre la historia de Cleopatra o de la Emperatriz de Bizancio, los faraones y las pirámides del Egipto, la historia de la Mesopotamia y las altitudes de las Montañas Rocosas? Algunos defensores de este conservadurismo educativo afirman que tales contenidos son necesarios para desarrollar la creatividad, el ingenio, el sentido crítico e investigativo, el espíritu de iniciativa de los educandos y para ofrecerles una supuesta "formación integral". Personalmente, opino que existen formas más inteligentes y productivas para alcanzar tales objetivos. Contenidos más cercanos - en el tiempo y en el espacio - a las realidades cotidianas de los educandos serían mucho más eficaces para desarrollar sus potencialidades latentes, para establecer relaciones entre causas y efectos, para evitar que repitan los errores que fueron cometidos en el pasado, etc. Otros teóricos afirman que es necesario mantener esos contenidos para "democratizar" las oportunidades de acceso a la universidad, ignorando que, en la mayoría de los países de América Latina, apenas 5 o 10% de los jóvenes tienen ese privilegio. En tales condiciones, no es lógico ni justo castigar y aburrir al otro 90 o 95 % que no llegarán a la universidad, haciéndoles estudiar durante ocho años temas excesivamente teóricos, abstractos, lejanos, no utilizables y prescindibles, por no decir inútiles.(...)

(*) Polan Lacki, es ingeniero agrónomo. Trabajó durante 23 años para la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación FAO-ONU
Documentos que amplían y fundamentan las propuestas de este artículo podrán ser solicitados a través del e-mail PolanLacki@terra.com.br o encontrados en la sección "Artículos" de la Página web http://www.polanlacki.com.br y en la nueva Página http://www.polanlacki.com.br/agroesp